2. Contexto Pandemia

El desarrollo de la pandemia de gripe de 1918-19 estuvo marcado por su coincidencia con el final de la primera Guerra Mundial, tanto para los países que participaron en ella como para los que no tomaron parte, como fue el caso de España, implicando un fuerte movimiento de población militar y civil, acompañado de una importante crisis de subsistencias y de escasez y carestía de medicamentos, que condicionaron el impacto y la gravedad de esta crisis sanitaria. Esta situación contrastaba con el superávit comercial logrado en España por las ventas realizadas a los países en guerra, que permitió cancelar la deuda pública del país, y el enriquecimiento de ciertos sectores de la sociedad.

El contexto internacional estuvo dominado también por una fuerte convulsión social ligada al movimiento revolucionario de los soviet y una importante crisis económica asociada.

España, en los años de la IGM y la pandemia de gripe, vivió una importante crisis política con cambio continuo de gobiernos, una fuerte crisis económica que implicó escasez y carestía de los productos de primera necesidad y de medicamentos, pero también social con viviendas en malas condicionamientos y hacinamiento de la población, etc.

Además, existía una infraestructura sanitaria insuficiente y falta de legislación sanitaria apropiada para enfrentarse a los nuevos problemas de salud pública.

La Medicina del momento, apoyándose en los  nuevos descubrimientos de Louis Pasteur y Robert Koch, consideraba las enfermedades infecciosas como “enfermedades evitables”, como manifestaron los médicos españoles. Esta opinión se fundamentaba en la posibilidad de aislar el agente de la enfermedad y, seguidamente, preparar el suero específico para tratarla y la vacuna específica para prevenirla.

Sin embargo, el desarrollo de la pandemia de 1918-19 mostró las dificultades para luchar contra la gripe en el contexto descrito.