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  • Bandera del Batallón de Estudiantes Artilleros

    Bandera realizada para conmemorar la expedición del batallón de estudiantes artilleros de la Universitat de València, que participó en 1808 en la defensa de Zaragoza, sitiada por el ejército napoleónico. Fue ofrecida por los supervivientes de dicho batallón a Fernando VII en su visita a Valencia en 1814. Se trata de una tela de casi 3 metros de alto y 2 de ancho en la que aparece una figura alegórica con la palma de la victoria y una espada, acompañada de libros y de un medallón en el que se lee: “Valor, constancia y lealtad reina en la Universidad”. Está acabada en dos puntas en cada una de las cuales se pueden observar elementos de panoplia militar, cañones alusivos a la artillería, que sirven de extremos a otra inscripción que remite al motivo mismo de la bandera: “Reliquias del Batallón de Estudiantes Artilleros”. Se compone, además, de un asta de madera con pico de hierro forjado.
  • Juan Bautista Corachán

    Retrato de Juan Bautista Corachán con hábito de doctor escribiendo en su despacho ante una estantería llena de ejemplares de sus obras. Sobre la mesa: birreta, globo terráqueo, tintero y compás. En el ángulo inferior izquierdo, tarja con inscripción.
  • Juan Andrés

    Retrato de medio cuerpo del jesuita P. Juan Andrés, con hábito de abate. Escribe sentado ante una estantería con obras de Newton, Platon y Jenofonte lujosamente encuadernadas. En la mesa tintero de bronce y plumas.
  • José Sumsi

    Retrato de medio cuerpo del doctor José Sumsi, puesto de jarras y vestido con toga de terciopelo y la venera de la Universidad.
  • Vidriera ornamental

    Vidriera polícroma decorada con los elementos del escudo tradicional de la Universidad: imagen de Nuestra Señora y los escudos de Fernando II, Alejandro VI y la Ciudad de Valencia.
  • Vidrieras ornamentales

    Conjunto de vidrieras polícromas compuesto por tres grandes vitrales: uno que representa los elementos del emblema tradicional de la Universidad de Valencia; otro presenta el escudo de Fernando II de Aragón; ambos enriquecidos con guirnaldas y diseños barrocos. Completa el conjunto otra vidriera con dieciséis pequeños vitrales montados sobre un bastidor de madera cubriendo un tercer ventanal. Estas representan varios escudos: cuatro de la provincia de Alicante, cuatro de la de Castellón, cuatro las armas de la Ciudad de Valencia, dos el de la Generalitat y dos el del Estado Español. Estos dos últimos escudos fueron instalados en 1985, sustituyendo a otros anteriores.
  • Vidriera ornamental (de la escalera de la biblioteca).

    Vidriera policromada. En el centro aparece la representación de Nuestra Señora bajo un doselete de estilo gótico que sostienen dos ángeles mancebos. A ambos lados, escudo real de Fernando II el Católico y pontifical de Alejandro VI. A sus pies, las armas de la Ciudad de Valencia.
  • Juego de niños: El balancín

    A la izquierda de este pequeño lienzo, tres niños montan al columpio, balancín o contrapeso. Uno de ellos, situado jerárquicamente por encima del resto, está vestido con hábito religioso y extiende sus manos en actitud de bendecir. Este personaje, además, se situaría en el vértice figurado de la composición triangular del cuadro. Mientras, dos parejas de golfillos, situadas en el centro del lienzo, se pelean ante la mirada curiosa de dos muchachos ricos –uno de ellos se sujeta las medias con unas cintas- vestidos de colegiales, rasgo que alcanza a conferir dimensión social en la pintura. A la derecha, un pequeño mono encadenado sobre un muro, que alude al sentido de imitación de los niños que en sus juegos se comportan como adultos, contempla la escena, siendo observado a su vez por otra pareja de muchachos. Completa la pintura el magnífico bodegón situado en primer plano, compuesto por una aceitera, una cesta y una botella rota, y un conjunto de arquitecturas en ruina apenas esbozadas.
  • Juego de niños: El paso o el marro

    Forma parte junto con su compañero, Juego de niños: El balancín, de una serie de seis composiciones en torno a la temática común de los juegos infantiles. 
    Se trata de una pequeña composición en la que Goya representa un grupo de niños jugando al tradicional paso, marro, salto, saltacabrilla o pídola, consistente en saltar con las piernas abiertas por encima de un compañero flexionando con las manos apoyadas en la espalda de aquél, tal y como nos muestra la escena.  Se trata de una equilibrada composición marcada por el movimiento a partir de ligeras diagonales y cargada de espontaneidad y naturalidad. En la línea goyesca de representación naturalista de las costumbres y tipos de su época, nos presenta a este grupo de niños de expresivos rostros, ataviados con pobres y raídos ropajes, en una escena cotidiana tomada como una instantánea y con una constante sensación de movimiento, definido a partir de los juegos de posturas de las figuras. En cuanto al fondo arquitectónico, Beruete creyó intuir formas romanas, pero Camón lo sitúa en Madrid al relacionarlo con la iglesia de los Jerónimos. Completan la obra una serie de elementos paisajísticos de tonos verdosos y terrosos que confluyen perfectamente con el colorido de los atuendos de los niños y contrastan armónicamente con la luminosidad del blanco de las nubes y la colada tendida.
    La obra corresponde al período en que Goya comienza a cosechar éxitos gracias al encargo que se le encomienda desde la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara para pintar los cartones para los tapices del palacio de El Pardo. Las tonalidades aún son claras y los temas de diversión, aunque ya comienza a reflejar los problemas de la sociedad de su tiempo mostrándonos las capas más bajas del Madrid dieciochesco.
    Existen cuatro copias de este lienzo: una en la Fundación Santamarca, otra en la antigua colección Rodenas y las dos restantes en colecciones particulares de Madrid y Barcelona.
  • Inmaculada Concepción

    La Inmaculada, inspirada en el prestigioso tipo Juanesco, aparece de pie, en posición frontal, coronada con doce estrellas, las manos juntas y sobre la media luna.  Sobre su cabeza desciende la paloma del Espíritu Santo. A ambos lados, los ángeles que le acompañan portan los símbolos que definen su concepción inmaculada,  creada antes de los tiempos; la descripción de sus virtudes a través de elementos  extraídos en gran parte del Cantar de los Cantares, también de otros textos bíblicos, que quedarán codificados en la Letanía Lauretana: el tallo de azucenas que aludía a la pureza virginal de María (LILIUM INTER ESPINAS), la rosa, el espejo, o las referencias a la Ciudad de Dios (Civitas Dei) recogidas en el paisaje y simbolizada a través de la representación idealizada de la ciudad de Valencia donde se adivinan algunos de sus monumentos.

  • Fernando II el Católico

    Retrato de cuerpo entero con traje de ceremonia y cetro. En el ángulo inferior derecho, medallón oval con el yugo y las flechas y una filacteria: "TANTO MONTA". Fernando II el Católico fue el monarca que en 1502 concedió a la Universidad de Valencia, la más importante de la Corona de Aragón, los mismos privilegios y jerarquía que la de Salamanca, la más reputada de Castilla, por medio de un documento firmado en Santa Fe de Granada.
  • Jaime Pérez de Valencia

    El retratado aparece con el hábito negro de la orden de San Agustín y cruz pectoral, de pie junto a una mesa en la que se intuye el escudo de los agustinos. Sobre ella un libro, en el que el personaje apoya la mano derecha, y una mitra. Al fondo, una librería entre cuyos títulos se pueden leer en latín los nombres de San Agustín, San Jerónimo o San Gregorio, además de una Biblia, y un cortinaje a modo de telón barroco el cual dota de mayor prestigio y dignidad al retratado que sostiene en su mano izquierda un pequeño devocionario. En la parte inferior una cartela con datos biográficos, siguiendo el formato del resto de lienzos que conforman la serie icónica del Paraninfo. Fray Jaime Pérez (1408-1490), fue obispo auxiliar de Valencia, teólogo y humanista de la más alta reputación, amigo de sor Isabel de Villena, y a quien el mismo Martín Lutero apreció como maestro.
  • Cristóbal Crespí de Valldaura

    El retratado aparece de cuerpo entero y de pie con el hábito negro de la orden de Montesa, en el que destaca la cruz de color púrpura sobre el pecho y el hombro, mientras que los puños y golilla aparecen almidonados a la moda de Felipe IV. La mano derecha se encuentra sobre una mesa vestida y decorada en su parte central con una imagen mariana y un árbol; la mano izquierda, sostiene un pliego doblado en el que se puede leer “Illmo Sr”. Cristóbal Crespí de Valldaura (1599-1672), fue político y jurista, catedrático de Leyes en la Universitat de València y vicecanciller del Consejo de Aragón.
  • Tomás Vicente Tosca

    El retratado,  aparece sentado ante su escritorio, frente un tablero forrado de damasco, con el árbol genealógico de su familia y estanterías llenas de libros. Va tocado con un bonete y sostiene una pluma. A sus pies, un pergamino con una larga inscripción. La posición sedente del efigiado y la inscripción en pergamino difiere del esquema compositivo del resto de retratos de la galería del paraninfo a la que pertenece esta pieza.
    Tomás Vicente Tosca (1651- 1723) fue presbítero de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri y profesor de Matemáticas de la Universitat de València, de la que fue nombrado vicerrector entre 1717 y 1720. Autor de un Compendium philosophicum y  un Compendio mathematico de gran difusión y del célebre plano de la ciudad de Valencia en perspectiva caballera.

  • José Sanchís

    Retrato de cuerpo entero con hábito de mercedario. Se apoya en un bastón y sostiene un breviario encuadernado en tela y cerrado con lazos. En la parte superior derecha, en alto, aparece el emblema de la Merced como escudo prelaticio y detrás, en un paisaje de cielo crepuscular, la silueta de la torre campanario y convento de la Merced en Valencia, que le sirven de fondo de discreto y suave colorido que hace resaltar los bellos tonos blanco- amarillentos del hábito, intensamente iluminados, que se distribuye en pliegues amplios y severos. El rostro, de mirada penetrante y delicadas carnaciones, adopta un noble y sereno distanciamiento. Atribuida por Pérez Sánchez a Jerónimo Jacinto de Espinosa, es una pintura de gran elegancia y refinamiento, que demuestra la captación de la psicología del personaje por parte del pintor, que ha sabido sacar partido de las convenciones de la retratística de la época para desarrollar una obra maestra. A sus pies, cartela con inscripción. Fray José Sanchís Ferrandis (1622-1694), docto teólogo, fue general de su orden, arzobispo de Tarragona y benefactor del Monasterio del Puig.
  • Juan Bautista Ibáñez Molés

    Retrato de cuerpo entero con hábitos canonicales. Sostiene con las dos manos el pliego de su nombramiento como obispo de Orihuela, en el que hay pintados un gran cáliz con una hostia. Detrás, sobre una mesa, un bonete y una mitra. En el ángulo inferior izquierdo, escudo de armas. Abajo cartela con inscripción. Juan Bautista Ibáñez Molés (1621-1684) fue canónigo doctoral y catedrático de la Universitat de València.
  • Antonio Ferrer y Milán

    Retrato de cuerpo entero con hábito episcopal, en pie junto a una mesa vestida en la que figuran una mitra bordada de sedas de colores y un libro sobre el que el retratado apoya la mano derecha. Al fondo, grueso cortinaje a modo de telón barroco y, en la parte inferior, cartela con los datos biográficos del efigiado, siguiendo el esquema compositivo del resto de retratos de la serie icónica del paraninfo universitario de la que forma parte este lienzo. Antonio Ferrer Milán (†1707), fue catedrático de Leyes de la Universitat de Valencia, pavorde de la catedral y obispo de Segorbe.
  • Marcelino Siuri

    Retrato de cuerpo entero del prelado Marcelino Siuri. Se le representa ataviado con bonete, muceta, roquete y cruz pectoral, rodeado de elementos alusivos a su dignidad: mesa vestida con tintero y libros, escudo prelacial, mitra y cortinaje ampuloso, junto a la inscripción con datos biográficos que figura en la parte inferior. Este retrato forma parte de la serie de personajes insignes, vinculados a la historia de la Universitat de València, que conforman la galería pictórica del Paraninfo universitario. Marcelino Siuri (1654-1731), catedrático de Teología y obispo de Orense y de Córdoba, se hizo cargo de la Universidad durante el difícil periodo de la instauración de la dinastía borbónica con Felipe V.
  • Luis Crespí de Borja

    Retrato de cuerpo entero con hábito episcopal, sostiene un bonete y un librillo. Se apoya en una mesa vestida. En los ángulos superiores: escudo de armas y emblema inmaculista. En la zona inferior, cartela con inscripción. Luis Crespí de Borja (1607-1663), fue doctor en Teología y catedrático, autor prolífico, obispo de Orihuela y Plasencia, notable por su comportamiento heroico en la epidemia de 1647 y que falleció con gran aprecio y fama de santidad. Este ilustre valenciano fue enviado por Felipe IV para gestionar ante el papa Alejandro VII un breve pontificio sobre el culto de la Concepción Inmaculada. Por ello, junto a su escudo nobiliario, en la parte superior izquierda del cuadro, aparece representada la Concepción en otro escudete. A sus gestiones se debe también la instalación en Valencia del primer Oratorio de San Felipe Neri erigido fuera de Italia, desde el cual tantos oratorianos ocuparon luego cátedras y cargos en la Universidad de Valencia.
  • Miguel Maiques

    Retrato de cuerpo entero del teólogo agustino, fray Miguel Maiques, ataviado con el hábito de la orden de san Agustín y cruz pectoral. Al lado, una mesa vestida con escudo prelacial, un tintero, una Biblia y la mitra. Al fondo, cortinajes, a modo de telón barroco, y librería en la que se intuyen ejemplares de san Agustín y del propio Maiques. Sostiene una carta y su cinturón agustino. En la parte inferior, cartela con datos biográficos. Este retrato pertenece a la serie icónica del paraninfo de la Universitat de València, en la que se recogen las efigies de personajes ilustres vinculados a la institución, acompañados de elementos alusivos a su dignidad y erudición. Miguel Maiques (c. 1490-1577) fue catedrático de teología del Estudi General de Valencia y de LLeida, obispo auxiliar de Segorbe y obispo de Tarso, así como arzobispo de Alés y de Sassari, en Cerdeña.
  • Asensio Sales y Moreno

    Retrato de cuerpo entero con hábito episcopal, se apoya en una mesa vestida en la que figura la mitra, un libro, un tintero; y al fondo el báculo, atributos todos ellos alusivos a su excelencia y erudición. En el ángulo inferior derecho un medallón rococó, acompañado del escudo prelacial, recoge algunos de los datos biográficos del efigiado. Asensio Sales Moreno (1700-1766), fue catedrático de Teología en la Universitat de València, canónigo de la catedral con pavordía anexa y obispo de Barcelona.
  • José Climent Avinent

    Retrato de cuerpo entero con hábito episcopal. Sostiene un grueso ejemplar de la Biblia sobre una mesa vestida con libros y mitra. Junto a la cabeza, armas prelaciales. En el ángulo inferior derecho, medallón oval con inscripción. José Climent Avinent (1706-1781) fue catedrático de Teología, canónigo magistral de Valencia, y obispo de Barcelona, sede a la que se vio obligado a renunciar por su oposición a las levas impuestas por el gobierno de Carlos III. Pasó a Castellón, de donde era natural, dedicándose allí a reformar y ampliar las Aulas de Gramática de aquella ciudad entre otras empresas de evergetismo.
  • Francisco Borrull y Ramón

    Retrato de cuerpo entero con hábito episcopal, muceta, roquete y bonete de puntas, que sostiene con la mano izquierda, y anillo y cruz pectoral. Apoya el brazo derecho sobre una Biblia lujosamente encuadernada que figura, junto a una mitra, en una mesa vestida. Al fondo cortinaje y librería donde aparecen obras relativas a las vidas de santos. En el ángulo inferior izquierdo, escudo prelacial y un medallón de formas barrocas que recoge los datos biográficos. Francisco Borrull Ramón (1695-1758), fue canónigo de la catedral de Valencia, rector de la Universitat en 1740, auditor de la Rota y obispo de Tortosa.
  • Felipe Bertrán y García

    Retrato de cuerpo entero con hábitos canonicales y banda de la Orden de Carlos III. Apoya su mano izquierda sobre un ejemplar de la Biblia sacra, en un velador con la mitra y el tintero. Más arriba, escudo prelacial. En el ángulo inferior derecho, tarja con inscripción. Este retrato, realizado por José Vergara, es una de las pocas piezas que existen firmadas por el artista, cuya rúbrica figura en la misiva que sostiene el retratado en la mano derecha. Felipe Bertrán (1704-1783), teólogo, catedrático de Filosofía en la Universidad de Valencia, canónigo de la catedral valentina y obispo de Salamanca, fue también Inquisidor General, cargo en el que fue muy aplaudido por el decreto de 1782 por el que permitía la libertad de lectura de la Sagrada Escritura en lengua vernácula.
  • José Tormo y Juliá

    Retrato de cuerpo entero con hábito episcopal; una mano en el pecho, con la otra sostiene un devocionario entreabierto; a su lado, velador con mitra, campanilla y carta cerrada. En el ángulo superior izquierdo, escudo prelacial. En el ángulo inferior derecho, tarja oval con inscripción. José Tormo Juliá (1721-1790), fue catedrático de Filosofía y rector de la Universidad de Valencia, auxiliar del arzobispo Andrés Mayoral y obispo de Orihuela.